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Maha Shivaratri; La gran noche de Shiva

El festival Maha Shivaratri, conocido como “La gran noche de Shiva” se celebra cada año en la noche del día trece del mes Phalguna del calendario hindú, lo que sería entre finales de febrero y principios de marzo en el calendario gregoriano.

A las puertas de Pashupatinath, en Katmandú – santuario hindú dedicado a Shiva de los más importantes del mundo – se congrega una gran multitud de peregrinos y varios miles de ascetas hindúes – conocidos como sadhus – que esperan pacientemente para realizar sus ofrendas a Shiva. Este día las ofrendas más comunes son hojas de bael y agua fría en el Lingam – representación simbólica de Shiva para su culto en templos -, leche, cuajada, mantequilla, azúcar y miel, como símbolo de sustento.

El festival se acompaña con un día de ayuno y una noche de vigilia. En el norte de la India y en Nepal, mucha gente consume Bhang Lassi, ya que se cree que es la bebida favorita de Shiva. Bhang es la palabra con la que allí se refieren a una comida preparada con cannabis, y Lassi es una bebida con base de leche tradicional de la India. Incluso, pese a que el cannabis dejó de ser legal en Nepal en 1973, ese día se pueden ver a sadhus fumando marihuana tranquilamente en los alrededores del templo. En sus creencias su consumo es una ofrenda a Shiva, que se alimenta de las hojas de esta planta.

Los sadhus aprenden el control de la mente y el cuerpo en akharas – templos escuela – hasta convertirse en maestros del yoga. Entonces abandonan al guru para caminar por los bosques y las calles, ya que consideran que quedarse en un mismo lugar los hace inactivos. Pueden ir desnudos, cubiertos solamente con cenizas sagradas, o pueden llevar una túnica de color azafrán. Dejan crecer su pelo – Jata – al igual que los rastafaris y suelen llevar Rudraksha, semillas rojas con rayas amarillas del árbol que – se dice – brotó de las lágrimas de Shiva.

Los sadhus dejan atrás todas las ataduras materiales (sexo, propiedad, placer o dolor) para vivir en busca del Nirvana en cuevas, bosques y templos por toda la India. Más de cinco millones de hindúes viven fieles a esta práctica, y son personas socialmente respetadas, veneradas – incluso temidas – y mantenidas por las donaciones de los ciudadanos.

Hace ya más de dos mil años los sadhus usaban cannabis de forma terapéutica – como relajante o para combatir problemas estomacales – y lúdica, formando parte de sus rituales. Estos ascetas consumían las flores sagradas con chillums – especie de pipa – o incluyéndolo en algunas preparaciones como el Bhang Lassi para lograr llegar a estados de meditación.

 

Texto: @desayunoconweed