Cómo fertilizar tus plantas de marihuana de forma sencilla
Fertilizar marihuana correctamente es una de las habilidades más importantes que debería adquirir cualquier autocultivador que busque obtener cosechas abundantes, potentes y de calidad. La marihuana, como cualquier planta, necesita un aporte equilibrado de nutrientes para desarrollarse con fuerza, producir unos buenos cogollos resinosos y mantener su salud durante todo el ciclo de vida. Sin una buena fertilización, incluso la mejor genética puede ofrecer resultados mediocres.
En esta guía completa y actualizada sobre cómo fertilizar marihuana, veremos desde los principios básicos hasta técnicas más avanzadas. Aprenderás a identificar las necesidades nutricionales en cada etapa, a elegir entre fertilizantes orgánicos y sintéticos, y a aplicar las dosis correctas para evitar excesos o carencias.
Ya sea que cultives en interior o exterior, en tierra o en hidroponía, dominar la fertilización es clave para llevar tu cultivo al siguiente nivel. ¿Te apuntas?
¿Por qué es importante fertilizar marihuana?
Fertilizar marihuana no consiste solo en darle un par de riegos con abono. Es un proceso que influye directamente en su metabolismo, la resistencia y su capacidad para producir cogollos repletos de cannabinoides y terpenos. Imagínate que tienes que correr una maratón pero llevas 3 días sin comer… Todos conocemos el desenlace, ¿verdad?
Marcar un buen plan de alimentación asegura un aporte completo de macronutrientes esenciales como el nitrógeno, potasio o fósforo, y de micronutrientes como calcio, magnesio, hierro o zinc, que intervienen en procesos clave como la fotosíntesis, la formación de tejidos o la producción de resina.
Cuando la planta recibe el equilibrio adecuado de nutrientes, su sistema radicular se fortalece, el follaje crece vigoroso y los cogollos alcanzan un tamaño y densidad ideales. Además, la fertilización correcta ayuda a prevenir enfermedades y plagas, ya que una planta bien nutrida es más resistente a los ataques externos.
Por otro lado, una incorrecta fertilización puede acarrear problemas nutricionales y generar hojas amarillas, tallos débiles, retraso en el crecimiento e incluso pérdida total de la cosecha. Por eso, conocer las bases de cómo fertilizar marihuana es esencial para cualquier cultivador, sin importar su nivel de experiencia.
Beneficios de un buen abono para cannabis
Un abonado equilibrado no solo mejora la apariencia de la planta, sino que incrementa notablemente la calidad de la cosecha. Entre los beneficios más destacados:
- Mayor producción de flores: los nutrientes estimulan el desarrollo de cogollos más grandes y pesados.
- Aumento de la potencia: un suministro óptimo de fósforo y potasio en floración favorece la producción de cannabinoides.
- Mejor perfil aromático: los micronutrientes influyen en la síntesis de terpenos, responsables del sabor y olor.
- Resistencia al estrés: las plantas bien alimentadas toleran mejor los cambios de temperatura, sequías o plagas.
Tipos de nutrientes esenciales para la marihuana
En el cultivo de marihuana, los nutrientes se dividen en dos grandes grupos:
- Macronutrientes:
- Nitrógeno (N): clave para el crecimiento de hojas y tallos durante la fase vegetativa.
- Fósforo (P): esencial para el desarrollo radicular y la formación de flores.
- Potasio (K): mejora la resistencia y optimiza la producción de resina.
- Micronutrientes: hierro, calcio, magnesio, azufre, zinc, boro, entre otros. Aunque se necesitan en menor cantidad, son igual de importantes para procesos como la fotosíntesis o el transporte de nutrientes.
Saber en qué momento y en qué proporción aportar cada nutriente es la base para aprender cómo fertilizar marihuana con éxito.
¿Cuándo empezar a fertilizar marihuana?
Algo común entre cultivadores noveles es empezar a abonar demasiado pronto o demasiado tarde y eso provoca cultivos irregulares con plantas mal desarrolladas y producciones muy por debajo de lo esperado. Ante todo, conviene saber que la marihuana no necesita la misma cantidad de nutrientes en todas las etapas. Un exceso de fertilizante puede acabar con la vida de una planta pequeña en cuestión de días.
Por lo general, el momento ideal para empezar a fertilizar depende del medio de cultivo:
- En tierra: si el sustrato es enriquecido, puede no ser necesario añadir fertilizante hasta pasadas 2–3 semanas como mínimo.
- En coco o hidroponía: se suele empezar desde el inicio ya que estos medios no contienen nutrientes naturales.
Saber cuándo fertilizar marihuana implica observar a la planta y responder a sus señales, en lugar de seguir un calendario rígido marcado por los fabricantes de abonos.
Fertilización en la fase de plántula
Durante la fase de plántula, que dura aproximadamente entre 10 y 20 días desde la germinación, la planta es extremadamente sensible. En este período no necesita una fertilización pesada; basta con un riego ligero con agua ajustada de pH y, en algunos casos, un estimulador de raíces suave. Un exceso de nutrientes en esta fase puede “quemar” las raíces y frenar el desarrollo.
En hidroponía es distinto y se fertiliza prácticamente desde el inicio, pero con dosis suaves.
Fertilización durante el crecimiento vegetativo
En esta etapa, la planta aumenta su tamaño rápidamente y desarrolla hojas, tallos y raíces a un ritmo vertiginoso. Es el momento ideal para aportar fertilizantes específicos para el ciclo vegetativo, ricos en nitrógeno (N), acompañado de fósforo y potasio en menor cantidad. El nitrógeno favorece un crecimiento vigoroso, hojas verdes y una buena estructura para sostener los futuros y ansiados cogollos.
La frecuencia dependerá del medio de cultivo y la variedad, pero en general se recomienda fertilizar una vez por semana, alternando con riegos de solo agua para evitar acumulaciones de sales.
Una planta de marihuana en vegetativo debe lucir sana, lustrosa y con un verde intenso.
Fertilización en la fase de floración
Al llegar la floración, la planta modifica su demanda de alimento. Frena la absorción de nitrógeno a cambio de más fósforo (P) y potasio (K), que favorecen el desarrollo de flores compactas y resinosas. Aquí es crucial evitar excesos de nitrógeno, ya que pueden alargar la floración y reducir la calidad de los cogollos.
Un truco que ayuda a mantener la planta verde es usar calcio y magnesio durante las primeras semanas de floración. También se pueden incluir suplementos como carbohidratos o potenciadores de resina, siempre con cuidado de no sobrealimentar a la planta.
Cómo fertilizar marihuana correctamente
Fertilizar de manera correcta consiste en mantener un equilibrio entre la demanda de alimento y el límite que puede absorber. Para ser un buen cultivador, hay que aprender a leer las señales que nos da la planta y conocer en qué momento y qué tipo de alimento se debe aportar.
La clave se puede centrar en estos tres pilares básicos: la dosificación exacta, la frecuencia adecuada y el método de aplicación más apropiado según el tipo de cultivo (tierra, coco, hidro, exterior, interior).
Fertilización con nutrientes líquidos vs. sólidos
Los fertilizantes líquidos son los más usados en cultivos de marihuana porque se disuelven fácilmente en el agua de riego y permiten un control más preciso de las dosis. Son ideales para corregir rápidamente deficiencias, pero también implican un riesgo mayor de sobrefertilización si no se mide bien.
Los fertilizantes sólidos (granulados o en polvo) suelen aplicarse mezclados con el sustrato antes de plantar o en forma de liberación lenta. Son muy prácticos para cultivos en exterior o para quienes quieren reducir la frecuencia de abonado, pero ofrecen menos control en ajustes inmediatos.
Métodos de aplicación: riego, foliar y suelos enriquecidos
Riego: Es el método más común, diluyendo el fertilizante en agua con un pH controlado. Garantiza una absorción directa por las raíces.
Foliar: Se aplica fertilizante diluido sobre las hojas, ideal para corregir carencias rápidas, pero solo debe hacerse en fases tempranas, hasta la prefloración, y evitando la luz directa para no quemar el follaje.
Suelos enriquecidos: Preparar el sustrato con compost, humus de lombriz o guano antes de plantar puede reducir la necesidad de abonado durante semanas.
Es posible mezclar las 3 técnicas una vez se tiene cierta habilidad en el cultivo, así se logra un
mayor ahorro (los fertilizantes líquidos suelen ser más caros) con menor trabajo y los resultados son espectaculares.
Cómo evitar la sobrefertilización
La sobrefertilización es uno de los errores más graves en el cultivo de marihuana, causando quemaduras en hojas, bloqueo de nutrientes y una pérdida de calidad y rendimiento. Para evitarlo:
- Usa siempre menos de lo que indica el fabricante al inicio y aumenta gradualmente.
- Alterna riegos con y sin fertilizante para evitar acumulaciones de sales.
- Lava las raíces con agua limpia cada 3–4 semanas en cultivos intensivos.
- Observa las hojas: hojas en forma de garra, con puntas quemadas o bordes secos suelen ser signos de exceso de nutrientes.
Errores comunes al fertilizar cannabis y cómo evitarlos
Nadie está exento de cometer fallos con la fertilización de la marihuana, incluso los más experimentados sufren este tipo de complicaciones. Lo más importante es saber detectar tempranamente cual es el error para corregirlo cuanto antes.
Reconociendo los signos de deficiencias y excesos de nutrientes
La marihuana es una planta muy expresiva: sus hojas, tallos y cogollos muestran señales claras cuando algo no va bien.
- Deficiencia de nitrógeno: Hojas amarillas que empiezan por las inferiores.
- Exceso de nitrógeno: Hojas verde oscuro, con puntas dobladas hacia abajo.
- Falta de fósforo: Crecimiento lento y hojas con tonos morados o azulados.
- Deficiencia de potasio: Bordes amarillos o marrones en las hojas.
Reconocer los síntomas temprano permite ajustar el plan de fertilización y evitar daños mayores.
Uso de fertilizantes orgánicos vs. sintéticos
- Orgánicos: Derivados de materiales naturales (compost, guano, humus de lombriz). Se liberan los nutrientes de forma gradual y mejoran la salud y microvida del sustrato. Son ideales para quienes buscan un cultivo más natural y sostenible. Pueden ser más económicos y sencillos en su uso.
- Sintéticos: Formulados químicamente para una absorción rápida y precisa. Son muy efectivos, pero requieren un mayor control para evitar acumulación de sales. Un error por exceso con este tipo de fertilizantes suele ser más difícil de corregir.
Una combinación de ambos tipos puede dar lo mejor de los dos mundos: con los sintéticos se logra fuerza y vigor en los momentos más delicados o de mayor demanda y gracias a los abonos orgánicos un sabor más profundo y definido.
¿Cómo abonar cannabis durante todo el ciclo de cultivo?
Fertilización durante el ciclo vegetativo
En esta fase, la planta desarrolla las raíces, tallos y hojas. Necesita altos niveles de nitrógeno (N) para estimular el crecimiento, fósforo (P) para fortalecer las raíces y potasio (K) para la resistencia general.
- Fertilizantes recomendados: Fórmulas ricas en NPK con predominio de nitrógeno, etiquetados como abonos para vegetativo o crecimiento.
- Frecuencia: Semanalmente en tierra, una vez el sustrato deje de aportar alimento. Si hay mayor demanda (hojas amarillas en la base de la planta), se puede abonar a diario. En hidroponía, con cada riego.
- Consejo: Vigila la altura de la planta y el color de las hojas para evitar exceso de nitrógeno.
Fertilización en la fase de floración
Al entrar en floración, la demanda de nitrógeno baja en picado y crece la del fósforo y el potasio. Encontramos los abonos etiquetados como abonos para floración.
- Fertilizantes recomendados: Fórmulas ricas en P y K.
- Frecuencia: Diariamente o ajustada al sistema de cultivo. Puede haber riegos intermedios con agua sola.
- Consejo: Evita sobrefertilizar, sobre todo en las últimas semanas, ya que puede afectar el sabor y aroma final.
Los mejores fertilizantes para marihuana
Algunos fertilizantes del tipo orgánico que no deberían faltar en su dieta serían: Guano de murciélago para floración (rico en fósforo), té de compost aireado o extractos de algas. En el caso de fertilizantes sintéticos o minerales confía en marcas serias con una larga trayectoria y consigue los que tengan fórmulas NPK específicas para vegetativo y floración.
El uso de calcio y magnesio adicionales (Cal-Mag) es ideal para solucionar carencias en floración de estos elementos.
Sea cual sea el fertilizante, es fundamental medir y corregir el pH y la EC del agua una vez has preparado la dosis, para evitar bloqueos de nutrientes.
¿Qué hacer después de fertilizar marihuana?
Saber cómo fertilizar marihuana no termina con la aplicación del abono. Los cuidados posteriores son igual de importantes para que la planta absorba los nutrientes.
Controlar el pH del agua de riego
Tras la fertilización, el pH del agua puede variar y afectar la capacidad de la planta para absorber nutrientes.
- Para cultivos en tierra, el rango ideal está entre 6,0 – 6,5.
- En hidroponía o coco, lo óptimo está entre 5,8 – 6,2.
- Un pH fuera de estos valores puede provocar bloqueo de nutrientes, incluso si el fertilizante es de calidad.
Seguimiento y ajuste del programa de fertilización
No todas las plantas requieren la misma cantidad de nutrientes en todo momento. Después de fertilizar, hay que:
- Observar las hojas y tallos en busca de signos de exceso (quemaduras, puntas marrones) o carencia (hojas amarillas).
- Ajustar la dosis en función del estado de la planta y la etapa del cultivo y el riego previo.
- Llevar un registro de riegos y fertilizaciones para evitar repeticiones o excesos.
💡 Truco: Un buen lavado de raíces cada 3–4 semanas ayuda a prevenir acumulaciones de sales y mantiene el sustrato equilibrado.
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